viernes, 2 de julio de 2021

Mis peluches de la infancia

¡Hola! En esta entrada os mostraré los peluches que conservo de mi infancia, tanto míos como de mi hermana. Tuvimos más, eso seguro (cada una teníamos uno de Digimon, pero fueron a la basura hace cantidad de años :'( …), pero solamente han llegado a nuestros días los que veréis hoy. Hay alguno que me reservo para otra entrada en concreto. Además, ya os presenté algunos de ellos en esta entrada.

Bien, empezamos:




Este es un pequeño peluche (cabe perfectamente sobre la palma de la mano) de Geoffrey, la mascota corporativa de la cadena de jugueterías Toys "R" Us. Tiene muchos años y siempre ha sido de mi hermana aunque, cuando yo me quedé con casi todos los peluches en mi cama, los límites de propiedad se desdibujaron :p 

El caso es que debieron regalarlo por alguna compra realizada en la tienda allá por mediados o finales de los 90, ya que mi madre tenía la tarjeta de cliente y solían realizar promociones y regalos de este tipo.






Este otro es nada más y nada menos que el famoso Pato Donald, que también era de mi hermana; de hecho, se lo regalaron cuando era un bebé (diría que con motivo de su nacimiento, por lo que puede ser perfectamente de 1997). La etiqueta está dañada justamente donde aparece el nombre del fabricante y quizás la fecha de producción, aunque podría intentar localizar la empresa mediante la dirección.

A mí este peluche siempre me ha parecido adorable y con la ropa muy detallada. Además, su pequeño tamaño lo hace ideal para llevarlo donde sea o bien que no ocupe demasiado sitio sobre una cama o estantería.


Como veis, ambos son de prácticamente el mismo tamaño. De hecho, yo siempre los he tenido juntos sobre la cama. 










Esta es Twyla, en concreto el modelo interactivo (ya que se lanzó un peluche sencillo), de la película Barbie en las 12 princesas bailarinas, de 2006. Recuerdo que me la regalaron en las Navidades de aquel año; supongo que en el día de Reyes, por lo que ya sería 2007.

Esta adorable gatita luce un colgante con zapatillas de bailarina y un tutú de un par de capas de tul. Su función es maullar y ronronear al acariciarle la cabeza e inclinarla hacia atrás, lo que también provoca que sus ojos se cierren.








Este es un oso de peluche de Winnie the Pooh, perteneciente a la colección de 2007 de Disney Store. Parece que se trata de una edición invernal o navideña, por el jersey con capucha y los colores. 

Nos regaló una de nuestras tías uno a cada una en Reyes; el mío lo he tenido siempre a mi alcance, pero el de mi hermana se encuentra en el sótano, dentro de un baúl. No le he puesto demasiado la capucha porque no creo que le siente excesivamente bien...






Este es un gran peluche de Mickey Mouse (podría considerarse "gigante") al que siempre he tenido gran cariño. Ha estado en un lugar privilegiado sobre mi cama y siempre fue uno de mis preferidos de entre todos mis peluches.

Está fabricado exclusivamente para Toys "R" Us y data de 2004. ¿Qué cómo lo sé? Bueno, yo recuerdo perfectamente una mañana de Reyes (la de 2005) en la que vi un gran bulto envuelto en papel de regalo sobre un sillón y, al abrirlo, me hizo muchísimo ilusión ver que se trataba de Mickey (mi madre también recuerda lo contenta que me puse). El caso es que, por casualidad, encontré hace poco en la red un anuncio de la temporada prenavideña de la cadena de tiendas de aquel año y justo al final vi que regalaba los peluches gigantes de Mickey o Minnie al superar un importe en las compras. Al verlo, se lo comenté a mi madre y se quedó con una cara... ¡Me dijo que no esperaba que me enterara nunca! Yo le dije que no era motivo para avergonzarse; es más, después de todo el dinero que gastó, pues si le hacían un regalo, ¡mejor que mejor!

Aquí tenéis el anuncio:



Y aquí con otro amigo de la factoría Disney, aunque en este caso también pertenece a Pixar:







Este simpático peluche ya se ve que es bastante nuevo, y es que lo recibí en 2017. Os lo mostré por primera vez en la entrada de la muñeca de la misma película, Monstruos S.A., aunque de nuevo os explicaré cómo llegó a casa este pequeño Mike Wazowski, uno de los protagonistas de mi película de animación favorita y todo un icono de mi niñez.

Este peluche lo conseguí gracias a una promoción de los supermercados Caprabo, que daba a los clientes  con carné de socio un sobre de cromos de los personajes de las películas de Pixar a partir de un importe en compras (o 2, si, además del importe principal, comprabas por lo menos 4 euros en productos específicos). El caso es que en cada sobre venía una especie de pegatina que hacía las veces de vale o cupón. Al reunir una cantidad podías conseguir diversos obsequios como el álbum de los cromos o un peluche a elegir (aunque algo había que pagar, en proporción a los vales que tuvieses), de varios personajes de Pixar. Al tener los vales necesarios para obtener el peluche, le dije a mi madre, sin dudarlo, que eligiese a Mike. De hecho, tanto mi hermana como yo (que ya éramos mayorcitas) le pedíamos a mi madre que fuese a comprar a menudo para conseguir las pegatinas. Yo ya estaba pensando que no lo tendría porque lo fue a buscar cuando quedaban dos días para que terminase la promoción... 

En fin, cuando obtuve el peluche (que es muy gracioso y la mar de suave), quedé súper contenta (y es que es mi personaje favorito de la película y uno de los iconos de mi infancia), a parte de con un buen número de cromos (mi hermana y yo parecíamos niñas pequeñas, de verdad, emocionadas por ver qué personajes nos iban a salir, ¡jajajaja!).





Este es, sin duda, uno de mis peluches favoritos. Es muy pequeño, pero te derrite su ternura. Se trata de un oso panda de la marca Animal Alley, la firma de peluches propia de Toys "R" Us. Viendo esta entrada notaréis que hay muchos osos, y es que yo los adoro, ya sean de peluche o reales. Me gustan todas las especies, pero siento debilidad por los polares y, especialmente, los pandas, sobre todo cuando aún son crías.

Fue fabricado en 2017 pero yo lo conseguí en 2018 y lo recuerdo perfectamente porque fuimos a la tienda para comprarle algún peluche a una de mis amigas, que cumplía los 18 años. El caso es que, cuando vi a ese pequeño y adorable panda con carita triste, no podía dejar de mirarlo, ¡es como si me estuviera pidiendo que me lo llevara a casa! Además de su gesto tristón, es ultra suave, por lo que es un gusto acariciarlo. En resumen, yo me quedé con el oso y a mi amiga le regalé otra cosa, ¡jajajaja!








No dejamos a los osos atrás y tenemos de nuevo a Winnie the Pooh, uno de los personajes que más ternura me inspiran desde siempre. Este en concreto es un peluche muy pequeño fabricado por la italiana Trudi. 

Como veis, sostiene una M, inicial de mi nombre, y es que este peluche pertenece a una colección llamada Alphabet en la que lo podías encontrar con cada letra del abecedario. No tengo muy claro cuándo me lo regalaron pero debía ser muy pequeña. Lo curioso es que, un niño que iba conmigo al colegio, llevó un día a clase el mismo, pero con su inicial (será que tuvo éxito como regalo para bebés y niños pequeños).



Este es otro pequeñísimo oso de peluche (aunque a mí siempre me ha recordado a una koala...) de color azul pastel. Es tan pequeño que tiene una cinta en la cabeza, supongo que ideada para colgarlo en el coche. Me lo regaló mi hermana hace ya unos años, ya que se lo dieron en la discoteca (vaya regalos más raros hacen) y supo que me gustaría :)






Esta cuca jirafa es de la reconocida firma Ty, que se caracteriza por crear todo tipo de animales que comparten un rasgo común: enormes ojos redondos con iris brillantes cubiertos de purpurina, que le dan enorme profundidad a sus miradas.

Fue un regalo sorpresa que me hicieron mis amigas cuando cumplí 16 años, y me pareció tremendamente adorable. La presencia del morado me parece genial y el tacto del pelo es de los más suaves que he tocado.


Y aquí tenemos a los tres pequeñines.






Esta muñeca de trapo me la regaló una de mis tías cuando era pequeña y, como veis, presenta motivos frutales. Predomina el color verde, combinado con el naranja, propio de la fruta que la representa e incluso sostiene en la mano.






Esta es la de mi hermana, ya que nos regalaron una a cada una. A parte de verse notablemente más limpia, su fruta es la uva, por lo que su color es el morado, que me parece que combina genial con el verde (¿tendrá algo que ver que sean dos de mis colores favoritos?). Además, lleva en la mano un racimo de uvas.

Y aquí las dos juntas:




Son muy sencillas pero bien monas.








Y aquí llegamos a una de las cosas a las que más apego he tenido siempre. Se trata de Po, mi personaje favorito de Los Teletubbies, una serie de la que era absolutamente fanática desde antes de tener uso de razón. Lo curioso es que este peluche inicialmente no era mío, sino que se lo regalaron a mi hermana en Reyes del 2000, unos meses antes de que yo naciese. 

El caso es que al cabo de pocos años acabó cediéndomelo porque yo no superaba la etapa y me gustaba muchísimo más que a ella; de hecho, estuve muchos años durmiendo con él. Incluso tenía unos horarios: todos los días dormía con Po, a excepción de los miércoles, viernes y sábados; cuando lo hacía con la muñeca de trapo de las naranjas que habéis visto encima :p






Y bueno, pues también tengo un adorable cojín de Los Teletubbies, que se ve bastante nuevo porque lo es, relativamente. Me lo regalaron por mi octavo cumpleaños, después de que lo viera en una tienda y me quedara embobada. Yo ya era mayor pero me seguían inspirando mucha ternura.









Este es mi querido Pluto Juguetón, nombre que aparece en su publicidad televisiva. Me lo regalaron en Reyes de 2002 y las pilas funcionaron hasta hace pocos años. Es un juguete verdaderamente divertido ya que su correa permitía realizar diversas funciones. Según hacia dónde movieras la palanca podías hacer andar a Pluto o bien ladrar, girar la cabeza o mover la cola.


(a partir de 00:15)



Este pequeño oso era un obsequio de la joyería en la que nos compraron los pendientes para la primera comunión a mi hermana y a mí. Luce un jersey con el logotipo y detrás lleva una especie de mochila con la cajita donde se encontraban las joyas. Este es el mío; el de mi hermana no sé realmente dónde está. 








Este os otro de esos juguetes a los que les tengo mucho cariño. Se trata de Kitty Cat de la línea Furreal Friends (no sé cómo lo llamaron en España), que recibí como regalo de Reyes por parte de mis abuelos en 2009. Recuerdo que me hizo mucha ilusión porque era como un gato de verdad y, aunque soy más de perros, me parecía emocionante contar con un juguete que se asemejase a un animal real y es que ese era el punto fuerte de esta marca, ya que hacía unas reproducciones muy realistas pero, en los últimos años, solamente hace animales muy caricaturizados y poco realistas. Sí, son atractivos para los niños con ese aspecto tan simpático y todas sus funciones, pero creo que la gracia estaba en el realismo, como el propio nombre de la línea indica.

Pues esta gata realiza diversas funciones, como mover la cabeza, agacharse, cerrar los ojos, ronronear y maullar mientras abre la boca. Las pilas se terminaron y no la he vuelto a probar, pero os dejaré el anuncio de televisión para que os hagáis una idea. También quería añadir que venía con un certificado de adopción, lo cual me pareció un detalle super guay y me tomé muy en serio lo de elegirle nombre. Finalmente me decanté por Dulce :)


La verdad es que me emociona verla en movimiento porque me invaden los recuerdos y me entran ganas locas de volver a usarla.







Este bonito tigre blanco pertenece a la línea propia de Toys "R" Us Animal Alley. No sé exactamente de cuándo es pero se lo regalaron a mi hermana hace muchos años y a ella siempre le ha encantado, tanto que se pasó mucho tiempo sobre su cama. Le puso de nombre Greti; supongo que lo hizo por la mascota de los parques infantiles.




Este gracioso perro también es de mi hermana y se lo regaló una de mis amigas por su cumpleaños hace muchos años. Es muy rechoncho y blandito, con un tacto muy suave. Lo que no entiendo es por qué le pintó uno de los ojos, si ya era mayorcita...





Y acabamos con el más antiguo de todos. Este oso es tan viejo que, fijaos bien en la etiqueta, ¡aún existían los supermercados Pryca! Este gran y achuchable oso de peluche se lo regaló mi padre a mi madre en san Valentín durante su noviazgo, a principios de los 90. Ella lo tuvo en su cama hasta que se casó. Lo curioso del oso es que el pelo siempre le tapa los ojos y hay que hacer un esfuerzo importante para retirarlo y que sean visibles.

En fin, espero que os haya gustado.

¡Hasta la próxima!