Marilú

¡Hola! Hoy vengo a daros a conocer una muñeca de antaño.

Marilú es una muñeca creada por la argentina Alicia Larguía en 1932, inspirada por una muñeca francesa que se vendía junto a una revista infantil. Su creadora la bautizó con este nombre en honor a una de sus hijas, María Luisa, y decidió que quien produjese a su muñeca fuera la fabricante de muñecas alemana Kämmer & Reinhardt, aunque en 1936 este trabajo pasó a la también alemana König & Wernicke. Este cambio se debió a que los propietarios de la primera, judíos (el logotipo era la estrella de David), debieron marchar al Reino Unido, ante el ascenso del totalitarismo nazi.

Fabricada en composición, la muñeca mide, en un principio, 40 centímetros. Su cuerpo presenta un buen número de articulaciones (cuello, hombros, codos, muñecas, piernas y rodillas), al estilo de muchas muñecas de porcelana de la época y anteriores. Su cabello es una peluca, tanto de pelo natural como sintético, tiene ojos durmientes y unas facciones finas, a excepción de unas cejas gruesas. Se crearon otros modelos de mayor tamaño, como el de 50 o 55 centímetros y otros especiales, como el andador.

Marilú representa a una niña de clase acomodada de la época, con todo tipo de lujos y ropa de gran calidad para cada ocasión: vestidos cortos, abrigos, trajes para la nieve o la playa, vestidos de fiesta o comunión, uniformes, disfraces... Además de mobiliario de madera para su dormitorio o sala de estar, como armario o cómoda; y accesorios muy completos como un baúl de viaje.

Como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, la industria juguetera alemana, así como la del resto de países que participaron en la contienda, se vio eclipsada por la armamentística; dando lugar a que Marilú dejara de ser exportada y empezase a producirse en Argentina, a partir de 1940 (aunque se desconoce la identidad del nuevo fabricante). Esto propició cambios estéticos en la muñeca (en 1936 también se produjeron) y que la calidad fuese inferior, aunque su encanto y finura permanecieron.

Marilú fue un éxito inmediato, y es que fue la revista Billiken, la más famosa entre los niños de América Latina, la que promocionó su lanzamiento (en noviembre de 1932) y publicó periódicamente patrones para confeccionarle vestidos. De este modo, durante los primeros años se vendía en los locales de la editorial Atlántida.

La fama creció como la espuma y en 1933 se decidió abrir una tienda exclusivamente para Marilú, donde las niñas podían encontrar todo lo que desearan para sus muñecas. Además, lo que la hizo aún más innovadora fue el hecho de que también vestía a las pequeñas, con los mismos atuendos que los de sus compañeras de juego. Ese mismo año se inicia la publicación de la revista de la muñeca, con patrones, concursos y demás entretenimientos. Es necesario mencionar a Sara Couto, la colaboradora de Alicia, que empezó trabajando en la tienda diseñando ropa y complementos pero terminó dirigiendo la empresa.

Fue tal la popularidad de Marilú, que se le creó un hermano pequeño llamado Bubilay: un bebé de varios tamaños (como 40 centímetros), que podía ser únicamente de composición o con todo el cuerpo, a excepción de la cabeza y las extremidades, de tela dura. Cabe añadir que con su lanzamiento, en 1945, surgió la empresa Bebilandia, que sería la que fabricase al hermanito, entre otras muñecas, más económicas que Marilú.

Aunque el prestigio se mantuvo durante varias décadas, a finales de los 50, empiezan los problemas. Los nuevos materiales irrumpen en la industria juguetera y eso pone en jaque a aquellos que elaboran sus muñecas en composición, cartón piedra o porcelana. Esto da lugar a que las ventas caigan, ya que en el mercado hay muñecas más manejables y económicas. Finalmente, sobre 1960, la empresa Yoly-Bell, fabricante de muñecas de plástico, compró la marca. Así termina la andadura de esta muñeca, aunque la juguetera anteriormente mencionada decidió llamar a una de sus muñecas igual (que aún sigue fabricándose), pero que nada tiene que ver con la original. A pesar de ello, la tienda, ahora solamente destinada a la moda infantil y juvenil y rebautizada como Marilú Bragance, se mantuvo abierta hasta 1980.

Marilú marcó un antes y un después en la industria juguetera argentina, se convirtió en un verdadero fenómeno infantil y fue un claro ejemplo del estilo de vida de las familias adineradas del momento, que gozaban de todo tipo de comodidades y vestían a la moda. De hecho, era tan cara, así como sus accesorios, que fueron muy pocos los que pudieron tenerla; convirtiéndose así en el sueño de todas las niñas argentinas. En definitiva, Marilú es la muñeca argentina más famosa, querida y recordada por aquellos que vivieron durante sus años de esplendor y los coleccionistas de todo el mundo, que deben hacer frente a precios muy elevados si quieren adquirirla.

Cabe resaltar que Marilú fue fundamental en la creación de Mariquita Pérez, que compartía el concepto de muñeca con gran variedad de vestuario y accesorios, hermano y tienda propia en la que también se podían vestir las niñas (así como otras también famosas: Gisela o Cayetana). Además, la muñeca española fue la inspiración para la muñeca mexicana Juanita Pérez, la más famosa del país azteca.

Fotos: todocoleccion.net, taringa.net, juguetessintiempo.blogspot.com, arcondelrecuerdo.com.ar, nuestra16.info, coleccionablesenlatienda.blogspot.com, pinterest.com, articulo.mercadolibre.com.ar, compramais.net, flickr (marcela_muñecas2009, elsa berta keller), madrid.evisos.es, lapoupee.buffy-cazavampiros.com, ninesbarcelona.wordpress.com, buenosaires.gob.ar, ludotecaperfecta.wordpress.com, dondestantusjuguetes.blogspot.com, inmariquita.galeon.com.


Antes de terminar, me gustaría mostraros otra muñeca argentina antigua que surgió sobre finales de los 40 o principios de los 50, para rivalizar con Marilú. Se trata de Linda Miranda, una muñeca fabricada por Industria Argentina y distribuida por Artplast, con sistema andador que, mientras caminaba, movía la cabeza hacia los lados.

Contó con un vestuario muy cuidado y se presentaba en una caja muy curiosa, en forma de casa. Tuvo bastante popularidad, con una presencia publicitaria en los medios muy elevada; participando en sus campañas algunas celebridades como la actriz infantil Diana Myriam Jones (considerada la "Shirley Temple argentina"), en 1953. Además, aquel año no solamente apareció en prensa, también lo hizo en el programa Las muñequitas de la tarde, junto a la estrella infantil.

Linda Miranda tuvo bastante éxito en Argentina y se mantuvo a la venta bastantes años, ya que en 1957 aún se publicitaba. Aún así, se trata de una muñeca muy difícil de encontrar actualmente.

Fotos: amavib.com, flickr (elsa berta keller), articulo.mercadolibre.com.ar, todocoleccion.net, cuandoyoerachiquitanohabiatelevision.blogspot.com, 20kmpordia.com, coleccionablesenlatienda.blogspot.com, elgranlibrodelasmarcas.blogspot.com.


Espero que os haya gustado. Para terminar, solo me queda desearos una feliz Navidad y un próspero año nuevo.

¡Hasta la próxima, nos vemos en 2020!