martes, 27 de abril de 2021

Mis puzles, juegos de mesa y demás

¡Hola! En la entrada de hoy volveréis a ver juguetes de mi niñez, en concreto puzles, juegos de mesa, de cartas, de manualidades, etc. Tengo que comenzar diciéndoos que mi hermana, ya desde muy pequeña, era una aficionada a los puzles, las manualidades... Por lo que la mayoría de cosas que veréis son suyas. Yo empecé a hacer puzles ya bastante mayorcita y, aún así, cuando los veía difíciles le pedía ayuda a ella.

Empecemos por los puzles:










Aquí tenéis uno de Mulán, que era de mi hermana (esta era una de sus películas favoritas cuando era pequeña; la hemos visto tantas veces que incluso mis padres se la saben de memoria), que aún conserva su embalaje.



Este puzle, si habéis observado las imágenes de la parte trasera del anterior, es de la misma colección que el de Mulán y, por tanto, tiene el mismo número de piezas, 40. Me lo regalaron a la vez que a mi hermana el suyo, pero lo que me extraña es que a mí me dieran uno tan "complicado" (yo supongo que lo hacían para ver si cogía práctica, pero no estaba mucho por la labor...); de hecho, mi madre dice que seguramente me ayudaban mis padres o mi hermana, porque yo siendo tan pequeña sé que no tenía mucha maña en estas cosas.






Estos puzles de la Cenicienta eran de mi hermana y, por las cifras que aparecen en el lateral de la caja, parece que son de 2002, fecha que me parece realmente plausible, ya que por aquella época ella ya hacía muchos.

La verdad es que, a pesar del paso de los años, están bastante bien conservados. Recuerdo que, cuando mi hermana ya dejó de interesarse por ellos, era yo la que los hacía, puesto que son verdaderamente sencillos para niños.








Estos puzles también eran de mi hermana, y aparecen claramente en fotos caseras navideñas junto al resto de regalos que recibimos. En la caja aparece una cifra que parece señalar que son de 2001 (1998 corresponde al año de creación de la serie), y la fecha cuadra porque las fotos corresponden al 6 de enero de 2002.

Tweenies era una serie muy divertida que nos encantaba (la verdad es que todas las series de personas disfrazadas me chiflaban, como los Teletubbies, de los cuales me atrevo a afirmar que era la fan número uno, o los Fimbles; todas, curiosamente, de la BBC), por lo que estos puzles también nos gustaban mucho. Como eran bastante sencillos yo también los hacía ya de bien pequeña.






Este puzle, que se ve bien añejo y desgastado, es mío, lo cual me cuadra más, porque es más que sencillo. No sé desde cuándo lo tengo, pero seguramente era bastante pequeña. Las piezas están bastante desgastadas, así que supongo que lo usé mucho. Mi pregunta es: ¿por qué teníamos tantos puzles de la Cenicienta? ¿Será que hicieron muchos y a mi madre le gustaban para nosotras?



Este puzle ya se ve que es más reciente (de 2007), pero yo creo que me lo regalaron en 2008, no sé si en navidades o en mi cumpleaños. El caso es que ya pertenece a la época en la que estaba más crecidita y tenía más predisposición a hacer rompecabezas, y más si eran de personajes que me gustaban. 

Tengo que decir que Hannah Montana me tenía completamente obsesionada; si tuviera que enseñaros todas las cosas que tengo suyas tendría una entrada extensísima (puzles, libros, cromos, material escolar, toalla de playa, cojines, cámara de fotos...), por lo que me encantó tener un puzle suyo que, además, es bastante fácil y rápido de hacer.



High School Musical también nos encantaba a mi hermana y a mí, por lo que me regalaron un puzle suyo, creo que a la vez que el de Hannah Montana, por lo que me cuadra que fuera en 2008. Este rompecabezas debo reconocer que me superó la primera vez; tenía ocho años y bueno, pues no era yo muy hábil con esto, por lo que me parecían diminutas las piezas y le pedí ayuda a mi hermana, que es muy buena. Aún así, no lo hicimos en un día, sino que lo dejamos montado por las partes que teníamos hechas, y lo fuimos acabando progresivamente. Eso sí, las otras veces que lo hice, que ya era más mayor, fue ya sin ayuda.


Camp Rock, como el resto de series y películas de Disney Channel, también nos encantaba (ahí fue cuando me hice fan loca de los Jonas Brothers, ¡jajajaja!), por lo que también me regalaron un puzle suyo, supongo que en 2009 (diría que en mi cumpleaños), ya que la película salió a finales del año anterior. Este estaba en un punto medio entre los dos anteriores, por lo que era fácil pero a la vez entretenido.


Ahora pasemos a los juegos de mesa, que no son pocos:




Este es un pequeño tablero del juego de oca, magnético e ideado para llevarlo a cualquier sitio. Se lo reglaron a mi hermana una Navidad y lo hemos usado bastante.









Este juego de la oca también se lo regalaron a mi hermana un año por Navidad, y es bastante especial porque es de las princesas Disney, de las que me declaro fan ya desde antes de tener uso de razón. La verdad es que el tablero me parece precioso, no tanto como las figuras (pero hay que reconocer que tiene mérito pintar unos rasgos en un espacio tan reducido), y recuerdo lo divertido que era elegir la princesa con la que jugar.














No sé si considerar esto como un juego de mesa, pero lo he metido en la misma categoría. Ya podéis ver que Hannah Montana vuelve a aparecer, en este caso en el juego Twister Moves, la versión de baile del popular juego. Incluye los tapetes para bailar y dos CD donde los amigos de la protagonista explican los pasos de baile, para después realizarlos al son de la banda sonora de la serie.

Es de 2008 pero a España llegó en 2009 y recuerdo perfectamente que fue un regalo de Reyes, por lo que lo tengo desde el 6 de enero de 2010. Debo reconocer que solo jugué con él unas pocas veces; por mucho que me gustara Hannah Montana, yo prefería bailar a mi aire.
















Este juego es uno de mis favoritos. Se trata de Scene It?, en concreto la versión de Disney, un juego de mesa que combina el juego en tablero y en la televisión mediante un DVD, ¡y es la mar de divertido y entretenido! Hubo una época en la que no parábamos de jugar; cada vez que venía familia a casa jugaban nuestros primos con nosotras, o bien con amigos. Me lo regalaron un año en Reyes, pero no recuerdo con exactitud cuándo fue.

Algo curioso y que siempre recordaré es que el audio del disco estaba en español con acento de América latina, lo cual siempre me sorprendió. A propósito, las instrucciones están así de arrugadas fruto de una de mis pataletas, probablemente achacadas por mi terrible mal perder en el juego (es un asunto que he ido mejorando con los años, por suerte).












Aquí tenemos el popular juego Party & Co., también en versión Disney, que le regalaron a mi hermana a la vez que a mí el que os he mostrado anteriormente. Es un juego muy divertido y fácil para niños, por lo que también lo jugamos mucho y era habitual sacarlo cuando venían nuestros primos.

El muñeco de Mickey era quien dirigía la partida (la voz salía de la base donde se coloca) y había varias categorías de juego: mímica, dibujo... Ganaba el juego quien conseguía todos los imanes de la película que hubiese elegido, que se obtenían al acertar.















Esta es otra versión de Party & Co., en concreto de Disney Channel, y me la regalaron a mí en navidades; por lo que veo en la caja es de 2010, así que me cuadra esa fecha.  El tablero es bastante original, porque en el centro se coloca una plataforma con escaleras que únicamente pueden subirse al tener todas las fichas de cada categoría; de ese modo, se llegaba al escenario y así se ganaba la partida.

Como veis, se manifiesta de nuevo la pasión que tenía por las series y películas de Disney Channel, ya que aquí había contenido referente a Hannah Montana, High School Musical, Jonas Brothers o Los magos de Waverly Place. Pero no solo había pruebas relacionadas con todo esto, otras eran de tipo personal, dirigidas a conocer a los amigos con los que jugabas (con mi hermana tenía fácil acertar, igual que ella conmigo). A pesar de mi entusiasmo por este mundo, no jugué tanto como con los otros juegos que os he enseñado.

















Aquí tenéis una edición del popular juego Monopoly, esta en concreto es una de 1961. La historia sobre cómo llegó a nuestras manos es ciertamente curiosa: cuando mis padres se mudaron (antes de que naciéramos mi hermana y yo), los anteriores dueños dejaron algunas cosas allí, entre ellas este juego y el siguiente que veréis, además de un bingo con bombo giratorio.

No hemos jugado mucho con él, pero me fascina que, después de tantos años, se conserve todo y en un estado más que decente. Me hace muchísima gracia ver los billetes en pesetas y que los lugares del tablero se correspondan con muchos reales de la ciudad de Barcelona.












Y este es el otro juego que dejaron los anteriores inquilinos, el popular Trivial Pursuit, en concreto una edición de 1984. Este juego también lo conserva todo y está realmente bastante nuevo. Debo reconocer que Trivial es un juego que me encanta, ya de pequeña lo jugaba, tanto en versión Disney (que tienen mis primas y con el que me lo pasaba en grande) o para adultos, un poco más complicado pero igual de divertido.


A continuación, los juegos de cartas-naipes:





Este es el popular juego de cartas UNO, mi favorito sin lugar a dudas, al que juego desde niña y nunca me cansa; lo juego sola con mi hermana, cuando quedábamos en familia, con los amigos en la universidad... Entretenimiento puro y duro con un funcionamiento la mar de sencillo y fácil de aprender (es el único juego de cartas al que sé jugar, las barajas española y francesa nunca las he entendido).

El juego es la edición Master y viene con una especie de base electrónica que marca el tiempo, por lo que la partida es contrarreloj. Se lo regalaron a mi hermana unas navidades, creo que en 2009, aunque no estoy del todo segura. El caso es que esta máquina no la hemos utilizado apenas, siempre usamos la baraja sin nada que la acompañe; a veces en la sencillez radica la mayor diversión. No os enseño fotos de las cartas porque siempre andan en danza por la casa de tanto jugar con ellas.










Estas cartas desde siempre nos han encantado a mi hermana y a mí. Son naipes de las princesas Disney (de mi hermana) y yo siempre los miraba todos con detalle durante horas. Lo gracioso es que, como mi hermana y yo solamente sabíamos jugar al UNO, lo que hacíamos era seguir la misma dinámica: había que tirar el mismo número y, si te salía una carta donde aparecía el castillo de alguna princesa, debías robar dos, mientras si tocaba una carta con una princesa haciendo ballet robabas cuatro. La verdad es que era una decisión bien meditada, porque las cartas de bailarinas eran nuestras favoritas.

No lo tengo muy claro pero creo que el juego consistía realmente en hacer parejas, ya que cada número se corresponde a una representación distinta (la princesa en primer plano dentro de un óvalo, bailando con el príncipe, junto a su caballo, castillo, bailarina...) por lo que, en cierto modo, no íbamos tan desencaminadas al jugar de esa forma tan particular.









Para mí esta es una de las joyas de la corona (realmente, los naipes de antes y los que vienen a continuación me gustan igual que estos); se trata del UNO, pero en versión Barbie. Creo que me lo regalaron en 2006 o 2007 y me hizo muchísima ilusión, ya que ya había jugado en casa de mis primos y sabía que era la mar de divertido así que, siendo de Barbie, ¡aún me gustaba más!

Como veis, la caja ha visto días mejores... Yo era una destrozona en toda regla (Rompetechos me llamaba mi madre), por lo que debí romper la caja con mi torpeza en su máxima expresión y alguien intentó arreglarla con cinta adhesiva, pero no dio resultado. La verdad es que el diseño de las cartas me encanta, en especial las fotos de las muñecas, porque me gustan mucho las Barbies de esa época (el juego es de 2002, así que corresponde a principios de los 2000).






Esta es otra baraja de naipes de Disney, en concreto de la película Peter Pan. No sé si es mía o de mi hermana, pero siempre la he tenido guardada yo. Esta baraja es de menor volumen que la de las princesas y, además, hay algunas cartas que hemos perdido pero, por lo general, está la mayoría. La caja también está de mírame y no me toques, pero por suerte la cinta adhesiva cumple con su función y, cada vez que abro el paquete, lo hago con sumo cuidado, para que no se suelte la solapa que permite abrirlo.

En este caso, jugábamos a lo que decía literalmente la caja, a las parejas, por lo que no añadíamos reglas extrapoladas del UNO. Eso sí, como nos faltaban algunos naipes, era a veces complicado encontrar las parejas.


Y, para terminar, los diversos juegos para hacer manualidades que tenemos (aunque tuvimos más, como uno de plastilina, aunque no era de Play-Doh):




Este maletín de abalorios es de mi hermana. A ella siempre le gustó crear joyas y adornos con cuentas y objetos por el estilo, por lo que le regalaron más de un juego de este tipo. El caso es que este no lo usó tanto, porque quedan muchas cuentas. 

Si os fijáis, a los lados quedan algunas de las creaciones que ella hacía (pulsera que se ponía de moda, pulsera que aprendía a hacer), mientras yo siempre he sido un absoluto desastre sin ningún tipo de destreza manual.










Este otro juego también es de mi hermana y se lo regalaron hace muchísimos años, porque yo era bien pequeña. Consiste en pintar y decorar guijarros de cristal, un juego que puede parecer más bien raro a simple vista. No los pintó todos porque no le entusiasmaba la idea, pero aún queda uno en la caja y colocó algunos más en un centro de mesa.











Este es un juego de manualidades basado en el popular programa de televisión Art Attack, del que me declaro total admiradora desde mi niñez. Qué grandes ratos pasábamos (lo digo en plural porque no lo veía sola, incluso mis padres lo miraban mientras desayunábamos los fines de semana) viendo cómo unas prodigiosas manos (no creo que fueran las de Jordi Cruz...) creaban manualidades ingeniosas y divertidas, así como las maravillosas creaciones de arte a lo grande de El Manitas o las ocurrencias alocadas y proyectos fallidos de El Cabezón (se parecía a mí en ese sentido).







Pues bien, este juego me lo regalaron unas navidades (no sé si tendría ocho o nueve años, más o menos), con la intención de que creara divertidos y graciosos imanes a partir de pasta de sal (que menos mal que la caja indica que no es comestible, porque menuda era yo con estas cosas). El caso es que depositaron demasiadas confianzas en mí porque, al primer intento, vi que la cosa no cuajaba y ya no volví a usarlo más (mirándolo por el lado bueno, así está mejor conservado).

Yo era la típica que decía que Art Attack era un programa que había que grabar (en aquellos tiempos en los que era más fácil, gracias al VHS) porque no podías recordar el proceso de elaboración de la manualidad para hacerla después. La verdad es que eso no tenía mucha importancia porque, por más que lo hubiese visto con detenimiento, me habría salido mal igualmente :p








Y este es el juego de Art Attack que le regalaron aquella misma Navidad a mi hermana. Ella siempre ha sido mucho más habilidosa que yo, así que seguro que le hizo más ilusión que a mí.











Este juego también es bastante completo y se basa en la creación de collages y otros elementos decorativos a base de dibujos y pinturas. A mí hermana siempre le ha gustado pintar, por lo que encontró bastante entretenimiento con esto.

Lo que me hace bastante gracia es que este juego era más asequible para mí (aunque debo reconocer que lo de aprender a pintar sin salir de la línea me costó infinidad), ya que el de los imanes y la pasta de modelar es más complicado, por lo que no entiendo muy bien qué criterio usaron mis padres para adjudicarnos los juegos a cada una.

En fin, hasta aquí esta extensa entrada donde, básicamente, he hecho un popurrí de juguetes de mi infancia, que espero os haya gustado.

¡Hasta la próxima!