viernes, 20 de diciembre de 2024

En la tienda de Pop Mart

¡Hola! Estoy de vuelta por aquí para enseñaros algo distinto. Y es que, a parte de las muñecas, me gustan otras cosas, como las figuras; de hecho, llevaba un tiempo pensando en hacer una entrada para enseñaros mi colección.

En el caso de hoy, os haré una "reseña" de una tienda perteneciente a una marca que produce figuras o, como ellos lo denominan, art toy, que son figuras coleccionables creadas por artistas, lo cual las convierte en objetos de colección para adultos que van más allá de un simple juguete y suelen servir como elemento de decoración, pero también para llevarlos encima, en el caso de tener un llavero. 

La marca en cuestión es Pop Mart, una empresa china que nació hace ya unos cuantos años pero que ha sido en estos últimos que ha empezado a crecer como la espuma. Especialmente exitosa en los países asiáticos, con tiendas enormes, eventos e incluso un parque temático que abrió en la capital de China el año pasado, se ha ido expandiendo internacionalmente hasta el punto de abrir su primera tienda (pop up, es decir, temporal) en España, concretamente en Barcelona.

El caso es que yo conozco a Pop Mart desde hace un tiempo y me gustan muchas de sus series de figuras, siendo mi favorita Peach Riot, por lo que me alegró saber que aterrizaba una tienda cerca mío, aunque no entiendo la decisión de que sea temporal (hasta enero), dado que tiene mucho más potencial si es permanente. Además, otra cosa que no me gusta de Pop Mart es que la mayoría de sus figuras son de blind boxes, es decir, cajas ciegas y no sabes qué figura te va a tocar, lo cual detesto. Yo pago por la figura que me gusta... Así que, si me compro algunas, ya sé a dónde recurrir para obtener las que quiero. Lo bueno es que son relativamente asequibles, salen a 15 o 17 euros normalmente, aunque cuando son figuras especiales de tipo figura de acción o muñeca articulada BJD (incluso Blythes) sube el precio y, en caso de las limitadas y raras, la suma asciende a cientos de euros...

El anuncio de la apertura causó un revuelo enorme, y es que esta marca tiene muchos adeptos, como los coleccionistas (entre los que me incluyo, aunque todavía no haya comprado ninguna), pero también porque, a causa de la difusión en redes sociales, hay unos muñecos que se han hecho virales, los Labubu. El fenómeno es exactamente el mismo que el de los Sonny Angel: tras ver cómo celebridades poseen estos muñecos, la gente se vuelva loca con ellos, empieza a comprarlos y sube vídeos a internet. No sé, no es que esté en contra pero eso de que te guste algo por pura moda... Yo considero que tengo un pelín más de personalidad y me gustan las cosas por convicción, no porque todo el mundo las tenga. 

Ya os podréis imaginar que, ante este panorama, se crearon unas colas tremendas, y es que la tienda no es grande precisamente, pero yo "solo" estuve media hora esperando porque estaba abarrotada y tenían que controlar el aforo. Suena bastante surrealista y, aunque entiendo que las figuras y peluches causen furor, una mejor gestión haría que la experiencia fuera disfrutable y, si la tienda no fuera efímera, mejor que mejor para todos.

Bueno ahora sí, parece que no me callo ni debajo de agua, pero es que me gusta explayarme. Así se veía el escaparate, que se llevaba las miradas de todos los transeúntes:



Ya veis la cantidad de gente que había dentro, y estaban haciendo cola para pagar... Justo yo estaba la primera en la cola, pero se me quitaban las ganas de entrar viendo ese gentío. ¡Yo solo quería mirar y hacer fotos para poder ver en persona las figuras que me gustan y determinar si me vale la pena comprarlas!

Una vez entré, me puse a mirar y hacer fotos, aunque la cola de gente me lo puso difícil en algunos tramos. Eso sí, no hice fotos de todas las figuras, pero sí de la mayoría.




Los muñequitos llamados Dimoo son una monada.



Arriba tenemos a las Cry Baby y abajo a las Azura, que son de las figuras que más me gustan.



Había muchas figuras de temática navideña.




Estos se llaman Hirono y son los favoritos de dos de mis mejores amigas.




Esta es la línea The Monsters y el personaje más famoso es Labubu, por el que la gente se está volviendo loca estas últimas semanas.


Esta es Molly, una de las líneas más célebres, encarnada por una niña bastante graciosa con su peculiar carita.


En la caja tenían varios peluches de Labubu y Cry Baby.




Estas son las Skullpanda, unas de las figuras más famosas de la marca, y de las que más me gustan. Tienen un diseño precioso, aunque entiendo que pueden no ser para todos los gustos. Lo malo es que me parecen demasiado pequeñas, como casi todas las figuras de Pop Mart, por lo que siento que no acaban de valer la pena.




En el piso superior había mayormente colecciones de figuras de colaboraciones, lo cual me recordó mucho a la cadena de tiendas también china Miniso, que me gusta especialmente y actualmente tengo la oportunidad de visitar, dado que hay más de una en Barcelona. Había muchas de Disney, Star Wars, anime (Naruto) e incluso videojuegos (League of Legends).


Esta es la sección de colaboración con Sanrio, empresa creadora de Hello Kitty y muchos otros personajes, de los cuales se han creado muchas muñecas (las podéis ver en la entrada que hice clicando aquí). Miniso tiene apadrinados estos personajes y siempre tiene cajas sorpresa de ellos, fijaos en las fotos que hice unos días antes en la tienda Miniso que frecuento:


Mi personaje favorito es Kuromi (a la izquierda), así que me encanta que haya una colección de ella porque así, aunque sea sorpresa, te saldrá una con toda seguridad, y todas son bien monas. ¿He comprado alguna? La verdad es que no, aunque ganas no me faltan...


Hace un par de días volví y cambiaron la colección de Kuromi, pero por suerte se mantiene y no la descatalogan.

También vi estas monadas, que creo que son originales de Miniso:


Volvamos a la tienda de Pop Mart.




A parte de las colaboraciones, había muchas líneas propias más, y a mí me gustaron mucho las Sweet Bean (en la segunda foto), pero también los Hacipupu (encima de estas líneas), que son los favoritos de otra de mis mejores amigas y tienen una cara muy tierna.

Y bien, siguiendo mi estilo, me he dejado lo mejor para el final, mi línea favorita, la única que me planteo coleccionar y por la que fui a la tienda, para poder verlas en persona y decidirme. Se trata de las Peach Riot, compuestas por tres chicas (Poppy, Frankie y Gigi) que forman una banda de música de estilo punk y que han contado con varias líneas y figuras especiales-limitadas.

Son las que más me gustan por su temática y estilo y, además, son las figuras de mayor tamaño de la empresa y creo que valen más la pena; también es cierto que se me asemejan más a muñecas, lo cual supongo que hace que me convenzan más. Han hecho varias colecciones, una de estética más casual, otra de tipo punk, una de hadas, otra de brujas, edición especial de ángeles y cowgirls. La última colección que han sacado es de su versión en miniatura, por lo que volvemos al tema de que son bastante chiquitinas, pero muy monas. Aquí entra el conflicto porque creo que me gustaría tener una.




De esta colección, llamada Loading, la que me gustaría es Gigi (la pelirroja), en concreto la que está en la fila de arriba en tercera posición empezando por la izquierda, la de las coletas hacia abajo. 





Esta es la colección Punk Fairy, con una estética que evoca a las hadas, el campo, los bosques encantados... Pero sin perder la esencia roquera. Las que quiero son la Gigi de delante de todo (pelirroja con vestido verde, dos moñitos y que sostiene una guitarra entre las manos) y la Frankie convertida en hada (es la del fondo con pelo azul, vestido y alas verdes, sentada sobre una hoja).




Y esta es la colección Rise Up, la primera de blind boxes que salió el año pasado, después de las de lanzamiento. Aquí vemos una estética más punk y grunge con los personajes tocando sus instrumentos, aunque también hay modelos más casuales (mención especial a la figura que se cayó y parece que no se molestaron en recolocar). La que quiero es la Poppy (rubia) con uniforme de instituto típico japonés de corte marinero en blanco y rosa, ¡me parece una cucada y encima viene con un gatito!

Y hasta aquí la entrada. Supongo que os habrá sorprendido el tema, pero es que desde hace tiempo me interesan las figuras, aunque yo me resistía a coleccionarlas, pero alguien me acabó "forzando"... Pero esa historia la dejo para otra entrada. Bueno, ahora que lo pienso, realmente desde que tengo uso de razón me gustan las figuritas. Recuerdo que de niña me quedaba embobada con las hadas que tenía mi tía, así como los bebés y angelitos de mi abuela. Ya veis, al igual que con las muñecas, que me fascinan desde siempre, esto me viene de lejos...

El caso es que habéis podido comprobar que tengo una wishlist, pero es que ya tengo una extensa lista de deseos muñequil (de nuevo), y también quiero otras cosas, como peluches... Aish, esto de ser adulta con gustos de niña sale caro, hace falta un trabajo para costearlo todo. Al menos soy consciente de una cosa: con el tiempo he ido consiguiendo todas las cosas que tenía en mi lista, así que no hay que perder la esperanza. Además, ni que coleccionara cosas caras, como joyas o coches deportivos, ¡jajaja!

Espero que os haya gustado. Aprovecho para desearos unas felices fiestas y un próspero año nuevo. Os espero, ya que os presentaré las muñecas que van a llegar estas Navidades.

¡Hasta la próxima, en 2025!

domingo, 17 de noviembre de 2024

Exposición "Muñecas y moda"

¡Hola! Estoy de vuelta por aquí para haceros una reseña de la primera exposición de muñecas que he visitado. En concreto, se trata de "Nines i moda" (Muñecas y moda, en castellano), organizada por el Museo Textil de Terrassa y que fue inaugurada el pasado 20 de octubre.

Si no recuerdo mal, descubrí la muestra a los pocos días de que la abrieran al público, de manera totalmente casual, a través de Instagram. Me pareció super interesante y me hacía ilusión ir, dado que Terrassa es una ciudad que me queda relativamente cerca de casa (a media hora, más o menos a la misma distancia que Barcelona) y, ni siquiera en una ciudad tan importante como es Barcelona, recuerdo que se haya organizado alguna de esta temática, mientras en Madrid sí, como una para el 55 aniversario de Nancy en el Museo del Traje. De hecho, llevo mucho tiempo queriendo ir a Onil para visitar su Museo de la Muñeca, así como a Ibi, donde hay otro del juguete pero, mientras llega el momento, he tenido la oportunidad de ver una exhibición cerca de donde vivo.


(No sé si en otros puntos de la ciudad también se publicita la exposición, pero frente al museo podemos ver el cartel oficial).

Antes de empezar os aviso de que la calidad de las fotos no es nada del otro mundo, en parte por la oscuridad de la sala pero también porque la cámara de mi móvil es bastante mediocre. No obstante, algunas fotos se verán más definidas, dado que las hizo con su móvil mi novio, quien decidió acompañarme y, para mi sorpresa, no se aburrió y dijo que yo lo sabía todo, dándole más información que la propia exposición, jeje.

La exposición tiene la finalidad de mostrar la evolución de las muñecas maniquí o fashion dolls, tanto desde la vertiente estética y de la Historia de la moda, así como desde el ámbito educativo que poseen en relación con las niñas, que obtenían (y obtienen) el conocimiento de las últimas tendencias a través del juego.

Por ello, se disponen en la sala varias vitrinas con diversos ejemplos de muñecas, algunas de ellas verdaderos iconos, con sus correspondientes explicaciones e incluso curiosidades.










En la primera vitrina encontramos a las Parisiennes, muñecas que se remontan al siglo XIX y son, mayoritariamente, de producción francesa. Realizadas en porcelana, entre otros materiales, eran objetos de verdadero lujo y son el mayor exponente de la vestimenta de las damas más distinguidas de la época, sirviendo incluso a modistas para conocer las últimas tendencias y mostraban qué atuendos vestir para cada ocasión. 

Me parecen unas muñecas que, a diferencia de las típicas de porcelana de la época que podemos imaginar, como las que salen retratadas en fotografías con sus pequeñas dueñas, no estaban ideadas para jugar; no las veo como la "amiga" de una niña pequeña, sino como un objeto decorativo y de un valor muy significativo, en aquella época a nivel social y, ahora, a nivel histórico.









Llega el turno de Mariquita Pérez, una de las muñecas españolas más famosas de la historia (creo que está ahí ahí con Nancy). Esta muñeca es el símbolo de una época, la posguerra y, en concreto, el de un sector de la sociedad española, la clase adinerada que podía permitirse una muñeca cuyo coste equivalía prácticamente al del salario base. Además, tenía multitud de conjuntos y complementos, teniendo por eslogan "La muñeca que se viste como una niña de verdad", y está claro que iba mejor vestida que muchas niñas de familias humildes. 

En la vitrina había varias muñecas, tres de ellas de los años 40, con esa estética de niña regordeta de familia bien, y tenemos otra, ya de los 50, mucho más estilizada y con un aspecto más adolescente. Yo, mientras, le iba explicando a mi novio todo esto (menudo rollo le debí meter) y que la llegada del plástico supuso la democratización de los juguetes, pero también el inicio del fin de esta muñeca y otras que competían con ella, como la popular Gisela. Además, al lado había expuesto el mítico maletín de Mariquita, donde podían guardarse su ropa y accesorios.















Y llegamos a mi vitrina favorita. Nancy es una de las muñecas españolas más famosas (es gracioso que su fabricante sea Famosa, jajaja) y, sin lugar a dudas, la más vendida. Como os comentaba antes, el plástico permitió que los juguetes fueran más asequibles y Nancy surgió en la época del baby boom, convirtiéndose en el símbolo de una generación de niñas que crecieron entre los últimos años de la dictadura y los años de transición, si bien siguió vendiéndose en los 80 y 90, aunque ya con una competencia feroz que la fue opacando. Representaba a una adolescente o chica joven moderna y a la moda, con infinidad de conjuntos y complementos; en definitiva, el sueño de muchas niñas. Creo que poc@s aquí no conocéis a Nancy.

La vitrina estaba llena de bellezones (antes de irme volví a verla porque es un deleite para la vista). Es fantástico ver tantas Nancys bonitas juntas, tuve la oportunidad de ver una de las primeras que salieron, la Presentación, así como otras preciosidades, a destacar la negrita, que es un bombón... En la parte derecha ya había modelos de los 80, así como la amiga espacial Selene, y una de colección, diseñada por Ion Fiz. Yo estoy enamorada de Nancy, me encantaría tener una patabollo, porque ya tengo una articulada...















La siguiente vitrina está dedicada a la muñeca por excelencia, la más famosa de la Historia: Barbie. Si bien el texto explica sus orígenes y el éxito que ha tenido a lo largo de las décadas alrededor del mundo (me impresionó el dato de que Mattel ha sido la mayor productora de tejido del mundo, no recuerdo la cifra pero es una barbaridad la cantidad de tela que se ha usado para su muñeca estrella), pone también el foco en su llegada a España y la recepción que tuvo. Esta muñeca estadounidense rompía con los moldes establecidos aquí, en un país que acababa de salir de una dictadura y mantenía valores tradicionales, por lo que su recepción fue controvertida, especialmente entre los adultos, a pesar de que eso no impidió su éxito arrollador e imparable.

En la vitrina encontramos a la mítica Barbie SuperStar de 1977, la primera que se vendió en España (aquí llegó en 1978 de la mano de Congost), así como varios modelos icónicos de los 80, una de las épocas doradas de Barbie, sin duda. En la esquina derecha encontramos varias de los 90, como la Totally Hair de 1992, la Barbie más vendida de la historia (lástima que el vestido esté descosido...), y una que desconocía totalmente, de 1997, que fue una colaboración con unas galerías comerciales de lujo de Barcelona. Otra colaboración es la de Pertegaz, quien diseñó un traje para Barbie con motivo de su décimo aniversario en España, en 1988.














La siguiente vitrina está centrada en las fashion dolls americanas producidas a partir de los años 90, momento en que se inició el auge del coleccionismo adulto de muñecas, implicando también el surgimiento de convenciones y toda una comunidad organizada alrededor de las muñecas maniquí, de lo más sofisticadas y delicadas.

Pude ver, a parte de algunas Barbies, como una silkstone, varias muñecas que no había visto antes en persona (Gene, Kitty Collier, Tyler Wentworth...), pero, sin duda, las que más me gustaron fueron las Poppy Parker y, más que ninguna, la Déjà Vu, esa absoluta maravilla de muñeca que pusieron en el lateral de la vitrina y no lucía en todo su esplendor... Estas muñecas me fascinan absolutamente, no sé si recordáis que os las presenté en el blog con una extensa entrada hace tiempo, pero es que me parecen bellísimas de cara y con unos atuendos de ensueño; eso sí, no imaginaba que fueran tan grandes, a pesar de saber cuánto medían. Me hizo una ilusión tremenda verla, es de las mejores muñecas de la exposición para mí. 













Esta parte de la exposición ya pertenecía al espacio de creación, y en su vitrina vemos una serie de muñecas vestidas por un diseñador de muñecas llamado Antonio March, que tiene verdadero talento, especialmente para los trajes de época. Hay muñecas muy variadas, como un par de Nancys de colección (la Romántica es muy bonita), así como una Mari's igual a la mía, morena y de ojos azules, además de alguna Barbie. 





El otro ámbito de este espacio estaba dedicado a una muestra de fotografías de Guillem Medina, reconocido coleccionista y coautor de la revista Toyland, así como la serie de libros homónimos, entre otros títulos. Las fotos muestran a Barbie en su primera versión junto a Ken, Midge, Allan y Skipper. Son fotografías realmente bonitas y hechas con mucho mimo y buen gusto.



En el centro de la sala había una vitrina que se complementaba con las de las diferentes muñecas, mostrando especialmente conjuntos de ropa y catálogos. Aquí vemos la parte dedicada a las fashion dolls de colección, con una bonita muñeca JHD Fashion Doll en caja (desconocía totalmente la existencia de esta marca, es china). 





El apartado de Barbie mostraba muchos catálogos, revistas y conjuntos, uno de ellos en caja. Pero, sin lugar a dudas, destaca esa Barbie Secretos de Belleza fabricada por Congost en 1981, nuevecita en caja. 







En el caso de Nancy, se exponen varios conjuntos y catálogos, tanto de los 70 como de los 80, así como el famoso Corta y Cose, con caja incluida. Me sorprendió ver una Nancy model o maniquí en la exposición, encima nueva en caja. Se trata del modelo con vestido de novia diseñado por Agatha Ruiz de la Prada, de 2003. Lo primero que hizo mi novio al verla es decir que parecía una Barbie, y ahí le solté el rollo de que en los 90 Barbie era la reina indiscutible del mercado y eso hizo que Nancy se reinventara y pasara a ser un pseudo clon. 






El área de Mariquita Pérez muestra varios vestidos y accesorios para la muñeca, poniendo de manifiesto que no le faltaba detalle; solo hace falta fijarse en esa maravilla de cámara con su funda o el paraguas. También demuestra que supuso todo un fenómeno infantil que fue más allá de la propia muñeca, con productos derivados, como libros y discos.



El espacio de las muñecas decimonónicas muestra varias prendas de ropa con un detalle asombroso, como se puede apreciar en esos maravillosos botines y el sombrero, además de una muñeca desnuda, dejando al descubierto su cuerpo de piel de cabritilla (me sorprendió muchísimo esto, no había visto que hubiera muñecas de ese material) y brazos de cerámica. 


Finalmente, hay una gran caja que simula la de una muñeca, con la finalidad de que los visitantes se metan dentro para hacerse fotos.

Y así hice:


Creo que la idea con la que hay que quedarse a partir de esta instalación tan ingeniosa es que todas podemos ser muñecas. La exposición evidencia el vínculo de las muñecas, un objeto tan antiguo y cotidiano, con la moda, y es que ellas han servido para construir la imagen de femineidad. 

A las mujeres se nos han inculcado desde pequeñas muchas ideas y cánones, y las muñecas no son inocentes en este sentido. No obstante, creo que también sirven para transmitir mensajes positivos y en los últimos años se están transformando muchas de las concepciones que parecían inamovibles.

Algo que me gustó ver era a una madre junto a sus hijas pequeñas disfrutando de la exposición; una de las niñas llevaba en brazos una Nancy (de las actuales, claro está). Es bonito ver cómo las muñecas, a pesar de sus transformaciones, nunca pasan de moda y son disfrutadas a través de las generaciones. Además, me parece fantástico que el museo haga visitas comentadas y organice actividades complementarias, como talleres para crear ropa a las muñecas.

Espero que os haya gustado mi reseña. Aunque fuera una exposición pequeña, la disfruté mucho, más todavía con la compañía de alguien que se interesa por mi afición.

¡Hasta la próxima!